¿QUÉ PUEDO HACER YO COMO EMPLEADA PÚBLICA PARA IMPULSAR LA IGUALDAD DE TRATO Y LA NO DISCRIMINACIÓN? MEDIDAS ESPECIALES EN MI CENTRO DE TRABAJO EN TIEMPOS DE COVID

 ¿QUÉ PUEDO HACER YO COMO EMPLEADA PÚBLICA PARA IMPULSAR LA IGUALDAD DE TRATO Y LA NO DISCRIMINACIÓN? MEDIDAS ESPECIALES EN MI CENTRO DE TRABAJO EN TIEMPOS DE COVID


Actualmente trabajo en un Centro de Atención a Personas con Discapacidad perteneciente a la Xunta de Galicia. El centro tiene un problema de base, y es que está muy disperso a nivel geográfico, se encuentra en una zona rural alejada de los servicios, por lo que el disfrute de los recursos comunitarios es muy difícil por parte de los residentes del centro. Esta situación hace que la discapacidad de los mismos se vea agravada por la ubicación del centro y la difícil accesibilidad (no hay una línea de transportes regular, el bar más cercano está a más de 500 metros y los supermercados, centros de salud... están a más de 1 km). Para intentar reducir los efectos de dicha dispersión, actualmente sólo tenemos 2 opciones:

1. Desplazar a los residentes a los distintos recursos (sanitarios, sociales, de ocio,...). Para asistir a las consultas médicas, piscina, trámites burocráticos, sólo existe la opción de utilizar el transporte del centro, un transporte privado de pago o, en caso de que sea posible, sean los familiares quienes los lleven al servicio necesario.

2. Traer los servicios externos al centro: terapias externas (terapia asistida con animales, actividades lúdicas adicionales a las planteadas en el centro), servicios de mediación/ interpretación de lengua de signos...

La dispersión mencionada y problemas de accesibilidad asociadas, junto a las circunstancias extraordinarias originadas por el COVID, han provocado que las opciones que teníamos se hayan visto reducidas, pues el centro se ha cerrado por el cierre perimetral, y además ha estado blindado hasta la segunda dosis de la vacuna y el paso de los 10 días de rigor para la inmunización. Es por ello que hemos tomado medidas especiales, entre ellas:

1. Aprovechando las nuevas tecnologías, hemos realizado videollamadas con los residentes para que pudieran ver y hablar con sus familiares. También se han permitido visitas, que últimamente se han restringido a 1 semanal de 1 visitante por residente y duración de 1 hora. 

2. Para que los residentes estén más entretenidos hemos intensificado las actividades lúdicas del centro (baile, visionado de películas...), aunque sectorizadas por plantas, para evitar el contacto entre residentes y así evitar posibles contagios y nuevos brotes (en marzo de 2020 sufrimos uno muy fuerte, con 40 residentes contagiados y 40 profesionales).

Aún con todas las medidas que hemos puesto en marcha, sigue siendo insuficiente, los residentes están muy nerviosos y el personal agotado, por el ambiente de inseguridad  e incertidumbre y por el esfuerzo realizado durante todos estos meses. Nos hemos visto tan limitados por la situación que hemos dejado de realizar muchas actividades externas por el riesgo y al ser no esenciales. Actualmente estamos en un punto que se nos acaban las opciones y necesitamos volver a la normalidad. Confiamos en que los efectos de la vacuna comiencen a notarse y poder retomar nuestras limitadas opciones, para no vernos encerrados como hasta ahora.


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